Cautelosamente cerro la puerta, se aseguro de apagar las luces que no hacian falta, dejo sus llaves sobre la mesa, me miro seguro de estar observando el angulo justo de luz que caia sobre mi cara. Dio un rodeo, se sirvio agua en un vaso que habia quedado en la mesita de la noche anterior. Gerard se coloco otra vez de frente a mi, con la mitad de la cara ensombrecida: -Llegamos muy lejos, no me dejes..
Mis manos nunca van a poder alcanzarte entero, mientras tanto consagrare mi vida a esa lucha..
domingo, 14 de diciembre de 2008
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