sábado, 11 de diciembre de 2010

triunfo del diablo.

Hay un blanco resplandor en el cielo, entre la lluvia y el sol,
Luz de un duelo que flota en el aire,
Hoy se consume, la mente se agota,
Ya no existo, dejo de ser esta persona,
Mis ángeles se fueron,
Todo falló.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La telepatía no va a funcionar

Todo un mundillo pasando el faro, detrás del árbol de copa puntiaguda, de los sauces llorones, de los malvones, junto al río.
No te apures en llegar, te podes tropezar con unos palos que hay en el camino, llegan más o menos a la rodilla y sostienen enredaderas rastreras, que fácilmente enganchan el pie. Tampoco hagas mucho ruido, los animalitos del lugar, aunque pequeños pueden ser feroces si quieren y si son muchos.
¿Realmente querés llegar allí? ¿Encontrar eso que te falta? Correr con el peligro que significa, ahora que llueve. Cuántas ganas de hablar de cerca y conocerse, mirarse a la cara y contar una verdad. Saber de un color mágico y estrellar una copa con otra, bebiendo un trago redentor.
¿Es necesario? Ya te estuve observando desde el faro, te vi caminar, mover las manos, vi la mímica de tus palabras y tus gestos porque no te podía oír.
Dicen que si llegás al lugar indicado y al mirar hacia el norte podés ver el arcoiris, tu respiración va a ser mas profunda y vas a tocar algo que se sale del cuerpo, una especie de luz.

martes, 7 de septiembre de 2010

El castigo.

Un descanso visual,
Una escapatoria,
Un grito redentor y salvador,
El laberinto ingresa otro integrante que no quiere aun entrar,
Me dice que pronto va a ser el final, de mi reino,
Y cuando eso pase vamos a ser un poco más felices,
Cuando también se baje el rey, y descubramos que somos dos personas nada más,
Buscando algo que no podemos llamar amor.

Amén.

sábado, 14 de agosto de 2010

V.

Todo esta en penunbras cuando te das vuelta. Tengo miedo.
No me acaricies cuando crees que esto es irreal.

Tal vez disfrutes del arte de escribir mal. De lanzar palabras al aire que de algún modo encuentren un sentido, o aparenten tenerlo. Verbos sueltos, palabras en stop motion, frases desencadenadas que provocan misterio, simulan talento. Provocan miradas al arte de actuar.
Admiro a esa persona que sabe actuar y esteticamente moldear su cuerpo. Que invita a venir a sentir, que dice cosas sin decirlas. Aplaudo al contorsionista.
Me encandila el simulador, su porte de diablo.
Mientras todo va escapando a mi control, me voy borrando, desdibujando.
Me vuelvo fantasma y eso tambien es arte.

Venus sigue girando y mi cabeza se enciende, esperando la alineación.

sábado, 31 de julio de 2010

Ruin.

La desconfianza y el miedo pueden generar derrumbes totales o parciales. Nos miramos frente a frente y lo descubrí.
Cuando no se sabe, uno flamea en el aire, abandonándose a una brisa, un viento o un huracán. Puede venir tormenta y el agua ahogarnos, o golpearnos contra el suelo y asfixiarnos. Cuando uno no sabe que hacer con su vida cae en mecanismos, pequeños juegos de azar, obsesiones, entretenimientos diabólicos -no se asusten, el Diablo es apenas un calumniador, expresa la idea de ‘tirar mentiras’ o ‘tirar unas personas contra otras’-. Y esas obsesiones nos van carcomiendo, derrumbando, vulnerando toda integridad que pudimos conseguir en algún momento, incluso futuro. Las defensas nos hacen ingresar a un columpio, del que es difícil salir, moviéndonos apenas para no ser tocados por los demás, evitando acciones descarnadas, imperceptibles elementos cortantes que nos penetran el pecho y sangran, provocan dolor insoportable y verdad. No vemos el amor en el aire, ni siquiera a través de ese rayo de sol que nos esta atravesando a los dos. Escapamos del destino o lo seguimos. Tan inocentes como impuros, solo buscamos un camino, hacemos un camino, que a veces perdemos de vista y no nos dan las piernas para correr hacia atrás y volver. Dar tres vueltas al globo, o cuatro, siguiendo al sol como si fueramos a desaparecer sin él. Cae la noche y todo se oscurece, se empiezan a mover algunos escenarios de ficción. Maldecimos al tiempo y la vida y las ocupaciones equivocadas.
Todo es un calvario. No..


domingo, 13 de junio de 2010

Manías




Mi manía por saber si era para Julia, si era para Celia, si era para Carla; por qué debería ser para alguna de ellas, por qué no para Joaquín si después de todo –o antes- podían tranquilamente ser homosexuales. Manía por adivinar, confianza ciega en la intuición, percepción, aptitud detectivesca. Confianza que crecía en directa oposición con mi seguridad, la posibilidad de ser amada, de que no me cambien por nadie, factores que disminuían y casi tocaban el piso. Ya no creía en la mentira del amor, en la posesión del otro, tan egoísta, tan imposible, tan aburrida. Volvía a creer en las virtudes del vino y del ego, de compartir amores, de ser libres como el aire y aventurarse en almas y cuerpos. Y aún así tenerse.


viernes, 28 de mayo de 2010

De males

...Y ahí esta nadando en ese lodo, con esa llave que nunca perdió, siempre en la misma mierda. Dispuesta a caer al fondo, a la profundidad de ese pozo y tocar el suelo apestoso e infértil. Atravesarlo y caer nuevamente en otro cielo, a 100 km por hora, en medio de nubes borrosas bajar, flamear viento abajo, para golpearse de nuevo con el suelo y morder el polvo.
Girando en círculos para no llegar a ningun lado, perdiendo trenes, pateando trenes, puteando trenes. No culpes al mundo, él no es el responsable de tu desidia, de tu odio y tu resentimiento.
Naciste con esa incapacidad de dar amor, de cuidar, de bondad, de vender. Ya no vas a ser ilusión, sos luz ciega y quemás.
De nuevo en el rio, navegando contracorriente porque te gusta, porque sos como una víbora que fue desterrada del paraíso para arrastrarse, que goza cambiando de piel y jugando, administrando veneno con su lengua.
Dolés viborita, dolés.

jueves, 15 de abril de 2010

Coffee and...

El café negro. El café negro y las vueltas de la vida. Tomo café negro mientras pienso en las vueltas de la vida. Las vueltas, creo que nunca se vuelve a algo, siempre todo es nuevo, diferente, elegido. A veces volvemos a elegir algo que ya elegimos antes, pero eso no lo vuelve repetido.
Por dentro arde el café negro, ¿es el café o soy yo? ¿O vos que me ardés?
¿Es esto una vuelta más al pequeño ovillito de la muerte?
Y nuestras voces cuando sonaron alunísono, ¿las escuchó un espejo?
Y la flor que una vez me regalaste, ¿Pensás que la tiré?
Y el café negro se está terminando, si estuvieras acá te escupiría el último sorbo en la cara, sólo para volver al principio.
¿Volver?



(esto es mejor que nada)

J.

sábado, 2 de enero de 2010

Fotógrafa

Soy fotógrafa de vocación. Es raro, pero no uso cámara. En realidad, mis fotos las ven pocas personas, podría contarlas con los dedos de las manos, se sabe, esos que están siempre. Aunque pensándolo bien no estoy segura de ser lo que dije, no podría aseverar… dudo que alguien haya visto o conocido alguna de mis fotografías. Supongo que para verlas hay que saber mirar muy bien, y no se si logro transmitir… en definitiva me estoy convenciendo de que sí se mirar bastante bien, y debo ser la única. Claro que los momentos de inseguridad siempre están, y la negación y búsqueda de personalidad o algún nuevo don que nos inventamos. El caso es que… el punto es que… no hablo mucho de mi vocación. Siempre que hablo-con alguno de mis dedos, casi siempre el meñique- desconcierto un poco, me ahogo en palabras, intento dar con todo el sentido, y al final las cosas se terminan confundiendo con el sinsentido, con la duda o con el aburrimiento, en fin.
Pero les voy a contar. Mis fotos consisten en capturar las esencias, sin embargo aun sigo buscando aquella foto que me revele una esencia, es tan complicado. Las fotos no las saco, me limito a prepararlas, es decir… no las preparo, las escenas surgen solas, las personas, los ánimos, me rodean, y digamos que no me puedo negar, no puedo hacerme la zonza y mirar para otro lado. Cuando la nada me acecha… qué clase de superada tendría que ser para mirar para otro lado, qué clase de ser grandioso, de todopoderoso, de arrogante. No me permitirían comportarme así, cuando el momento lo exige… cuando ellos me lo exigen, ahí mismo tengo que encuadrar y sacar la foto, no es necesario preocuparse tanto en que las tecnicidades sean perfectas, el foco o la luz, todo se va adecuando sólo. Mi tarea es solo mirar y retener, luego recordar, ellos disponen.
El asunto es que todo esto de mi vocación ya me está trayendo problemas, y no quiero, realmente no quiero que se haga un embrollo más grande e inabordable de lo que ya generé, es muy fácil perder el control. Si lo estoy abordando, es porque todavía puedo hacerlo, y después de todo, eso es un punto a favor.
Me cansé, resulta que no encuentro más interés a mis fotos, o en realidad, siento que no le estoy sirviendo a nadie así, que mi tarea no resulta ningún provecho para nadie, la gente en la calle me mira distante, se intimidan cuando las observo, escapan. Ya no me animo a hablarles o pedirles alguna imagen, pero que clase de fotógrafa soy. Lo peor es que yo misma me cansé. Me canse de las fotos de paisajes, de los colores de la naturaleza, del agua, del sol que tampoco se deja mirar, de personas amadas, de desconocidos, en el parque, en la capital, en algún colectivo, en un bar. Hasta me cansé de mis pseudo experimentaciones con sustancias raras, como aceites y fuegos, humo y sentimientos como el amor, o la tierra y un cuerpo tratando de tocar el infinito. Ya no me divierten, con años de mirar y capturar todo termina siendo lo mismo, hasta lo más particular en su apariencia. Y la esencia no aparece, empiezo a sospechar que nos engañaron, que no hay esencia, que las esencias no existen, pero qué diablos.
De todos modos aprovecho este día, este rato, estas horas, que son diferentes a las demás, en las que puedo pensar en llegar a algún lado, que estoy mas cerca de la verdad, que me comunico, que visualizo las cosas, aunque no sea perfecto. Por supuesto, ya entendí que nunca lo será. Pero ahora haceme el favor, quedate ahí, así parado, quedate un poco más, acomódate un poco las ropas, dejame sacarte una foto.